09 julio 2020

María Anatolia Aldave ejemplar maestra y poeta


MARÍA ANATOLIA ALDAVE REYES cumple hoy 97 años. Le dedico esta semblanza con todo mi cariño, respeto y gran admiración. Persona única, irrepetible, de extrema generosidad y gran sensibilidad artística, modelo de maestra en el Perú. Gracias por sembrar patriotismo y fomentar cultura a través de la poesía y el arte de la declamación. 



por Cecilia Oré 
09 de julio de 2020


Conocí a María Anatolia por intermedio de mi suegro, el poeta Vicente Benlloch Piquer. Ambos poetas eran buenos amigos e integraron la prestigiosa Asociación Cultural Ínsula de Miraflores, posiblemente desde los años 70.

Mi suegro llegó al ocaso de su vida y la inclinación que siempre tuve por la poesía creció al tener un contacto especial con este arte al trascribir digitalmente sus manuscritos inéditos de poesía. En ese mismo tiempo mi esposo Víctor Luis y yo fuimos invitados para asociarnos a Ínsula por su presidenta Anita Viale de Ugarte, lo cual aceptamos muy complacidos.

Desde el 2003 frecuenté mucho más las reuniones de Ínsula y tuve el privilegio de disfrutar de la vena poética de distinguidas damas, entre ellas María Anatolia, con quien hice amistad hablando de poesía y recordando a Vicente.

He sido espectadora de los prodigiosos recitales de María Anatolia en los auditorios más importantes de Lima, como el Centro Cultural Ricardo Palma, el Centro Cultural del Olivar de San Isidro, la Casa de la Literatura Peruana, entre otros. Encontré un gran deleite oyéndola recitar poemas suyos y de autores universales con ese delicado estilo tan suyo, diametralmente opuesto al histrionismo. María Anatolia es dueña de un pronunciar pausado, envolvente y de emoción profunda. Nos mostraba la forma de la poesía con una gran belleza, lo cual permitía que despertara afectos por poetas que antes no impactaron con solo leerlos, y es que gracias a María Anatolia, muchos redescubrimos su musicalidad de la palabra y el profundo significado.

Los recitales organizados por ella misma en homenaje a la Patria, fueron una muestra de su gran preocupación por fomentar el amor al Perú. Su selección de poemas inculcan el respeto a los héroes que forjaron nuestra libertad con su propia sangre. Sin embargo, lo que más ha calado en mí es su vivencia como joven maestra que la llevó luego a escribir el poema “Trapitos”. Este recoge la realidad de las familias de sus pequeños alumnos que vivían en extrema pobreza, en la ladera del cerro “San Cristóbal”. En las fiestas patrias ella les alentaba a poner en sus humildes chozas la bandera peruana y ellos respondían cosiendo trapitos rojos y blancos que luego amarraban a frágiles palos de madera.

La sociedad cultural del Perú tiene que reconocer y agradecer a María Anatolia Aldave Reyes por su labor incansable de difundir el arte de la declamación y el amor a la poesía. Sin pedir colaboración de ninguna índole ha logrado realizar innumerables recitales y homenajes a nuestros más grandes poetas peruanos como César Vallejo, José Santos Chocano y Abraham Valdelomar, disponiendo de un limitado peculio de maestra cesante, pero con ilimitada entrega y devoción por la poesía.
Su obra, el poemario “Huellas de Maestra” es una muestra de su arte dedicado a los más pequeños y a los que tienen vocación por la enseñanza, y en donde inculca en todo momento el amor al Perú. 

Vale mencionar que su mayor aporte a la educación alcanzó el escalafón más alto cuando consiguió en 1977, sola y sin ayuda de maestros ni padres de familia, un gran terreno de 3,515 m2 para la escuela pública que estuvo a punto de desaparecer y hoy es el Centro Educativo N° 6079 ubicado en San Borja. Actualmente quizás los alumnos de aquel plantel no conozcan el nombre de la directora y maestra que tuvo la determinación de luchar pasando tantos sacrificios personales. A María Anatolia le queda la satisfacción de haber actuado justa y correctamente para beneficio de muchos niños.


Selfie con María Anatolia
Ene-2018